7/4/08

¿De qué se puede escribir?



De que se puede escribir? Escribir es dificil. Sobre todo en tiempos en que los medios cambian y se suman. Y el que escribe tambien cambia. El blog. No es lo mismo escribir para una revista, en un mail o hasta para un diario que para un blog. Inclusive uno escribe distinto en la pantalla del word que en el recuadro del blog. Y encima no hay ni dos blogs iguales. Algo de eso hace que se llamen blogs. En la barra de arriba (la blanca que en el extremo izquierdo tiene una B en naranja) está escrito aaenu.blogsp.... El blog es de aaenu. Mejor dicho de Espacio AAENU. Uno diría "no es un blog cualquiera"... pero como todos los blogs son cualquiera, porque esta repleto de ellos y porque ninguno es igual a otro, no aporta a la causa.

Parece ser que es el espacio de un Espacio. Un Espacio que no tiene ni estrellas ni galaxias ni planetas (lo de estrellas es discutible, pero el resto con seguridad no).

El campo. El BAFICI. Cristina. La papa esta cara. Quién comió carne en estos dias?. Las bicicletas carísimas. Habitamos un país. País?, eso existe? Pueblos originarios, los indios. El MOCASE. Macri. Política. Caras y caretas y los montoneros. Kirchner era montonero?. Es linda Cristina. La UBA y Shuster. Radiodifusión. Todavía hay mas de cinco que escuchan radio?. Ni hablar de Tinelli. Somos puerquitos que nos alimentamos. Queremos carne. Y si es vacuna mejor. No hay bienes sustitutos ni complementarios para la carne. Tinelli tiene carne. Y de exportación. La violencia. La violencia nos violenta. La reja nos vuelve locos. Nos aplastamos contra la reja de la cancha porque nos gusta que el alambrado se nos marque. Quizás así salimos en la tele. Muchachos, suspendieron el partido eh. La alfombra verde es preciosa. Un picnic ahi es de pelicula. Los libros. Uno cree que no, pero algunos se ponen tan de moda como las babuchas. Esas que cuelgan entre las piernas de las minas y parece que no pueden caminar. Los amigos. Qué suerte que hay espacios donde verlos. Los blogs. Escritura cool. Como esta. Si, es bastante chota. Y los blogs.

De qué se puede escribir? Es un ejemplo. Hoy escribí sobre lo que se puede escribir. Mejor dicho, de lo que uno podría escribir.

Ya ven que también se puede hablar. La plaza. Mirenlas. En su salsa.

El aguante, la cultura y la solución


Entrevista- Diagnóstico del fútbol sensacional a Pablo Alabarces, Sociólogo, 46 años, autor de Cronicas del aguante y Fútbol, violencia y política (Entrevista realizada por el Grupo Cortijero , Diciembre de 2007)


-¿Por qué eligió el fútbol como objeto de investigación?
Porque es un hecho sociológico fantástico. Incluye a un porcentaje elevadísimo de la población masculina y a uno cada vez mayor de la femenina. El fútbol es hoy por hoy el campo que más participantes atrae en la cultura argentina.

-¿Una cultura violenta?
-Ahí está el asunto: la violencia no es sólo una cuestión de barras bravas. El día que mataron a un hincha de Tigre, meses atrás, un periodista escribió una crónica que incorporaba testimonios de la gente del barrio. Un vecino decía: "Che, qué desastre, esto no puede pasar...". E inmediatamente añadía: "Pero ¿viste como corrían los de Tigre?". No se trataba de un barra brava ni de un hincha militante. Sin embargo, participaba del concepto del aguante.En ese contexto, la violencia es motivo de orgullo.

-¿Qué encierra la idea de "tener aguante"?
-No significa ser un hincha militante, fanático, pasional que acompaña a su equipo, que lleva banderas o que canta hasta el agotamiento. La cultura del aguante es una metáfora. Es, fundamentalmente, una ética, una concepción moral del mundo según la cual tener aguante significa ser más macho que otro. Pero los opuestos no son hombre versus mujer, sino hombre versus no hombre. El aguante tiene que ser demostrado continuamente, con la lógica de los hinchas, en el combate. Si no hay combate no hay aguante.

-¿Qué es la "hinchada"?
-La cultura del fútbol es uno de los núcleos más machistas y homofóbicos de la cultura argentina. Las hinchadas son xenófobas, racistas, discriminadoras. Esto ocurre en un contexto en el cual la sociedad se moderniza y la mujer es cada vez más autónoma. El mundo del aguante es el último bastión de resistencia masculino. La hinchada tiene tres componentes: un núcleo muy duro, que es la barra; uno más amplio, al que llamamos la militancia, y un núcleo más periférico: los hinchas comunes. Estos últimos están lejos de ser santos, porque cantan orgullosos que su hinchada tiene más aguante. Las relaciones entre estos tres sectores son complejas. Los hinchas militantes son capaces de participar en hechos de violencia, pero no de volver eso una mercancía. La diferencia con los barrabravas es que ese aguante ellos lo venden y obtienen dinero. La barra participa de un sistema corrupto. Como todos los dirigentes deportivos, e incluso los jugadores, hacen pingües negocios con la televisión, los pases, los contratos; la barra lo que dice es: nosotros ponemos pasión, ponemos color y cuando hace falta también ponemos aguante, a cambio queremos una parte del negocio.

-¿Cuándo comienza la violencia como cultura en el fútbol?
-Mi hipótesis -que es indemostrable, pero no ha sido refutada- es que esto se produjo durante la dictadura. Porque cambió la relación de la sociedad con la violencia. Una barra funciona como una especie de grupo de tareas que ejerce una violencia ilegítima con ciertos mandantes y esos mandantes son la dirigencia deportiva y la política.

-¿Qué significado social cobró el fútbol?
-Cuando desaparecen los mecanismos tradicionales de identificación (la política, el trabajo, la educación, el sindicalismo), el fútbol es generoso y da identidad sin pedir carnet. Pertenecer a un club es ser parte de ese territorio.

-¿Son muy poderosos los intereses sobre los que se construye la cultura del fútbol?
Eso es lo que ha explotado con la barra de River, donde hay una unidad de negocios ligada a la posesión de aguante. Otro ejemplo: en agosto de 2006, la barra de Godoy Cruz impidió que se jugara el primer partido del campeonato. ¿Por qué? Porque como habían ascendido a primera reclamaban un porcentaje mayor: tenían que ascender también de categoría económica.

-Y son muchas las manos que quieren manejar...
-Ahí aparecen dos complicidades: una, la dirigencia deportiva corrupta y la barra. La otra es la dirigencia política, que en esa transacción recibe poder.

-Usted asesoró a Javier Castrilli. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Frustrante. Nos tenían como una especie de justificación científica. Cuando Castrilli asumió, en 2003, lo primero que me dijo fue: "Ahora vamos a hacer lo que siempre dijiste". Pero inmediatamente ratificó la prohibición de llevar banderas a los estadios. Le dije: "Javier, esto es contradictorio. Hay que producir un shock de reconocimiento de los derechos de los hinchas". La respuesta fue: "Primero, que me demuestren que se pueden portar bien". Castrilli me estaba diciendo que se iba a privar a los hinchas de sus derechos hasta que demostraran que eran inocentes.
LA SOLUCIÓN
-¿Qué haría usted?
-Hay que hacer todo de golpe, en 24 horas, y después mantenerlo durante diez años. Intervenir la AFA y la mayor parte de los clubes de fútbol. Y tomar medidas para la seguridad de los estadios. Hoy en el fútbol hay más riesgos por cuestiones estructurales, porque se puede caer un estadio, que por cuestiones de las barras. Además, hay que cambiar de manera radical la percepción del hincha. Mientras se los vea como culpables y violentos no hay política posible. Un cambio de percepción debe decir: los hinchas son organismos de la sociedad civil y hay que darles poder.

-¿No es contradictorio?
-No, porque una cosa es el poder clandestino y otra el poder civil de decir, por ejemplo, que las entradas son muy caras, que los lugares son incómodos o que la policía les pega.

AAENU en CQC